La capacidad de predecir el futuro, ya fuera en sueños o a través de métodos mágicos o sobrenaturales, ha sido uno de los deseos más recurrentes del ser humano, algo que se ha constatado ya en la literatura desde que esta comenzara. Y es que ya en las primeras historias que nos llegaban, relacionadas con el germen de las religiones o con las épicas aventuras de héroes y dioses, podemos encontrar muchas escenas en las que los personajes son capaces de conocer su futuro, como advertencia o como ayuda para conseguir lo que desean, en una ayuda que les permitirá llegar más lejos en sus hazañas. Los sueños premonitorios eran habituales en la literatura clásica, con los dioses mandando esos mensajes a los héroes y a los hombres, para ayudarles en sus aventuras, permitiéndoles conocer lo que iba a suceder en el futuro ya que en su mundo, el tiempo no era igual que en el nuestro, y esa ventaja era muy importante.
Son muchos los que han asegurado ser capaces de ver el futuro y saber lo que va a ocurrir, a corto, medio o largo plazo. Muchos los que han tomado ese camino de la adivinación, basándose en técnicas como el tarot o la lectura de manos, para sacar la información necesaria sobre lo que ocurrirá, aunque siempre de manera vaga y poco concreta. A pesar de los esfuerzos de la ciencia por demostrar que estas personas suelen ser farsantes que se aprovechan de la inocencia y la necesidad de la gente, los adivinos siguen convenciendo hoy en día a mucha gente de sus dotes, como ya lo hiciera hace siglos uno de los más famosos que haya existido jamás: Michel de Notredame. El popular Nostradamus trabajó como boticario antes de empezar a adivinar el futuro para clientes ricos, como Catalina de Medici, que lo protegían y le permitían llevar una vida lujosa y escribir libros como Las Profecías, convertido en uno de los tomos más misteriosos e inquietantes que pueden leerse hoy en día.
Biografía de Michel de Nôtre-Dame
Michel de Notre-Dame, conocido popularmente como Nostradamus por la latinización de su nombre, nació a principios del siglo XVI en Saint Remy, una pequeña población de la Provenza. Consiguió entrar en la facultad de Aviñón pero solo estuvo un año en esta institución, que debería cerrar poco después de su llegada a causa de una plaga. Volvió a casa y se convirtió en boticario, trabajando varios años en este oficio hasta que pudo volver a la universidad, en este caso a la de Montpellier, para intentar conseguir su doctorado. Fue expulsado de la misma por su trabajo anterior, que era ilegal según las bases universitarias. Trabajó junto a los médicos para tratar la peste, enfermedad de la que murieron su primera esposa y sus dos hijos, y ya cercano a los 50 comenzó a trabajar como astrólogo para algunas personas pudientes, publicando además los famosos almanaques con cuartetas, que darían paso a su libro más conocido, Las Profecías. Murió con 63 años, de gota, siendo ya muy reconocido en su tiempo.
Libros de Nostradamus
Desde finales de la década de 1540, Nostradamus comenzó a publicar algunas obras que tenían que ver con presagios y profecías, siguiendo el esquema clásico de estas y analizando la propia forma de entender y ver el futuro tal y como lo hacían los autores clásicos. No fue sin embargo hasta la publicación en 1550 de su primer Almanaque de presagios cuando su fama comenzó a hacerse considerable. Tanto que el éxito de aquella obra le permitió ir sacando numerosas versiones en años posteriores, unidas a libros con más enjundia, como su obra principal, Las Profecías, cuyas dos primeras partes vieron la luz en 1556 y 1557, y una tercera apareció de forma póstuma, en 1568, siendo la última obra que se conserva del astrólogo y boticario frances.
Las profecías de Nostradamus
El camino de Nostradamus para convertirse en uno de los adivinos más famosos de su época comenzó al alcanzar los 40 años, y tener experiencia en la lectura de los grandes clásicos, donde la adivinación del futuro era una forma muy rentable de ganarse la vida. Nostradamus entendió que, con los conocimientos que poseía sobre datos históricos y eventos ya sucedidos, podía extrapolarlos a su tiempo y a los años futuros, con la suficiente distancia como para que la gente llegase a creer que estaba haciendo distintas predicciones. Hay mucha discusión sobre si el propio Nostradamus creía en sus profecías o eran solo un vehículo para conseguir fama y dinero, pero lo que está claro es que el boticario sabía muy lo que hacía cuando las escribía con ese lenguaje tan vago, interpretable de muchas formas, que hacía pasar por poético. El primer libro de profecías se lanzó en 1556, aprovechando el éxito de los Almanaques que el boticario había publicado en años anteriores.
Ya convertido en uno de los adivinos más famosos de su época y protegido por numerosas celebridades, como la familia Medici, Nostradamus mostró en sus profecías, a través de diferentes cuartetas poéticas, predicciones sobre lo que ocurriría en el futuro tanto cercano como lejano. Las profecías a menudo tienen un tono de advertencia, llegando incluso a ser casi apocalípticas en muchos casos, por lo que cada año se viralizan las que supuestamente sucederán en ese periodo. A Nostradamus se le atribuye el haber logrado predecir sucesos tan importantes como el 11-S, con traducciones de algunas de sus profecías sacadas de contexto o malintencionadas, para que encajen mucho mejor en la supuesta predicción sobrenatural. Si el francés llevaba razón, en este 2021 tendremos desde una tormenta solar hasta un apocalipsis zombie, siempre que nos quedemos con la traducción más literal de sus profecías.
¿Se ha cumplido algunas de sus profecías?
Desde la aparición de Las Profecías, Michel de Notredame consiguió atraer mucha fama sobre su persona, convenciendo incluso a algunas familias pudientes y ricas para convertirse en su astrólogo particular. Era un trabajo habitual en la época, y cada corte tenía a un personaje de este tipo, experto en adivinación, al que incluso reyes pedían consejo en asuntos de estado. Lo más importante de las profecías de Nostradamus es que llegaron al gran público gracias a sus libros, y todos fueron conscientes de su potencial. De hecho, se ha convertido en el adivino más popular de todos los tiempos, aunque los expertos apuntan a que la mayoría de las profecías son mal traducidas o mal entendidas adrede, para hacerlas coincidir con hechos que han sucedido en el futuro. Sin embargo, sorprende que Nostradamus pudiera adivinar sucesos como la Abolición de la Monarquía en Francia, o la propia coronación de Napoleón Bonaparte como emperador años después. Para muchos, era un genuino adivino, para otros, solo un aprovechado que utilizaba un lenguaje vago para permitir distintas interpretaciones de sus versos.