Las islas Canarias son un paraíso donde el clima ayuda a que todo el año haga buen tiempo, y se puedan desarrollar todo tipo de actividades al aire libre. Esto viene muy bien para el turismo, algo que se viene demostrando en los últimos años gracias a la incesante llegada de visitantes. Las islas se han convertido en un maravilloso destino que cada vez es más popular por todo tipo de turistas, los que vienen desde muy lejos y los que llegan desde la Península. Todo ese éxito turístico está trayendo también más dinero y prosperidad a las islas, lo que atrae igualmente a trabajadores que buscan una nueva oportunidad. Su cercanía con la costa africana hace que Canarias sea un destino muy deseado para muchos inmigrantes que llegan incluso en patera, con todo el riesgo que eso supone para su integridad. La promesa de una vida mejor les empuja a jugárselo todo por llegar a la costa española.
La llegada de inmigrantes ilegales a Canarias se está convirtiendo en un problema bastante complejo en los últimos tiempos, ya que se está dando de una forma incesante. No son unas pocas barcas, sino miles de personas las que han llegado en los últimos meses, a veces a tal punto de ser imposibles de reubicar en las islas. El buen tiempo de la temporada veraniega anima también esas llegadas, que en muchos casos solo buscan tocar tierra antes de ser deportados de nuevo. Es una oportunidad y la quieren aprovechar al máximo, para quedarse, si es posible, en esta tierra de oportunidades. Muchos inmigrantes terminan trabajando de manera ilegal en algunas fábricas, en obras, y en el caso de las mujeres, muchas terminan en la prostitución. Es un destino similar al que viven también las chicas llegadas desde Latinoamérica, en busca de un futuro mejor lejos de su país, pero en un lugar que se le parezca. Así, Canarias tiene un halo muy similar al de los países latinos, y las chicas lo aprovechan también para ganarse la vida como escorts para los extranjeros que visitan las islas y no tienen reparo en pagar miles de euros por sus servicios.
Dicen que es el oficio más antiguo del mundo, y aunque puede ser una exageración, no hay duda de que la prostitución existe desde hace milenios. Las mujeres que ofrecen servicios sexuales a cambio de dinero siguen siendo hoy en día un incómodo problema del que parece que nadie quiere hablar. No estamos refiriéndonos solo a esas prostitutas extranjeras que muchas veces son obligadas a trabajar en estos servicios, sino también a esas chicas que, por necesidad o por voluntad, deciden dar el paso. El tabú sobre el trabajo sexual sigue siendo enorme, y eso no lo han cambiado ni siquiera las nuevas leyes en países más progresistas como Alemania y Holanda, donde se ha regularizado el sector. El debate sigue estando sobre la mesa, pero más allá de lo que los políticos digan, la prostitución se va a seguir desarrollando a su forma natural, fuera del sistema.
En Canarias existen, según datos de varios informes, más de 3.000 mujeres dedicadas a este oficio, un número relativamente pequeño si tenemos en cuenta la población de las islas. Hay que contar, además, con todo el turismo que el archipiélago acoge, y que también forma parte de la clientela habitual de estas trabajadoras sexuales. Estimamos, por tanto, que esas 3.000 prostitutas se quedan cortas para las que realmente están realizando sus servicios en Canarias, que pueden ser, como mínimo, el doble. Algunas asociaciones y universidades han intentado entender mejor este negocio, realizando encuestas a las chicas, para conocer cómo se mueve el dinero, cómo se trabaja, quién pide estos servicios… El perfil de la prostituta está bastante bien delimitado, no tanto así el del putero, especialmente el habitual, el que tiene por costumbre pedir estos servicios como mínimo un par de veces al mes. España es uno de los países del mundo donde más sexo de pago se consume, y estamos a la cabeza de Europa en esta clasificación, un dudoso honor que no va camino de cambiar. Por tradición, por puro pensamiento sexista en parte, lo de pagar por acostarse con una mujer está casi bien visto en la sociedad española.
Canarias es reconocida internacionalmente como uno de los lugares más mágicos e impresionantes para disfrutar de unas buenas vacaciones. El archipiélago se encuentra ubicado en el Atlántico, muy cerca de la costa de África, y esto hace que las temperaturas sean primaverales prácticamente durante todo el año. Mientras los demás se están congelando de frío o asando de calor en sus respectivos países, en Canarias el termómetro se mantiene en torno a los plácidos 20 grados. Un verdadero paraíso que ha sabido aprovechar muy bien todo ese potencial para convertirse en uno de los destinos favoritos para los turistas. Cada año son millones los que aterrizan en cualquiera de las islas, especialmente Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote, las más grandes y pobladas. Algunos incluso se quedan a vivir aquí, o tienen una segunda residencia donde pasar los largos y fríos meses de invierno. Pero en este paraíso no es todo de color de rosa, y muchas personas también llegan a Canarias en busca de una oportunidad para sobrevivir.
Se calcula que en las islas trabajan cerca de 5.000 prostitutas, la mayoría de ellas llegadas desde otros territorios. El número de trabajadoras sexuales canarias es ínfimo en comparación con todas las chicas que vienen de fuera buscando una oportunidad en una región tan especial como esta. Y es que Canarias es el sitio perfecto para desarrollar estos servicios, ya que hay turismo de sobra durante todo el año, y las condiciones climatológicas ayudan también. La prostitución, que es alegal en España, se ha constituido con fuertes cimientos en las islas, tanto en locales de alterne como en casas privadas donde las propias chicas llevan a cabo sus servicios. La situación de estas escorts, a pesar de tener casi siempre mucho trabajo, llega a ser problemática. Son repudiadas en muchas ocasiones por su condición de prostitutas, si no ya por ser extranjeras, o incluso por su género, especialmente las chicas trans. Deben enfrentarse a las duras condiciones de un trabajo que la mayoría ha escogido por pura necesidad, y apenas encuentran ayuda a su alrededor. Por suerte, hay un proyecto específico que sí que está favoreciendo las condiciones de estas mujeres. Se trata de La Casita, una iniciativa de las Hermanas Oblatas del norte de Tenerife.
Canarias siempre ha presumido de ser un auténtico paraíso, un archipiélago con varias islas, diferentes entre sí, pero todas ellas con un clima de casi eterna primavera. Esto permite que el turismo se haya convertido en el principal motor económico de la región, atrayendo a todo tipo de personas, de todas las partes del mundo. Desde los que vienen para pasar unas vacaciones tranquilas hasta los que buscan emociones fuertes. Desde surfistas y escaladores hasta jubilados del norte de Europa, que encuentran en el sol de Canarias un refugio perfecto para descansar después de toda una vida de duro trabajo. En los últimos años, sin embargo, se está dando un nuevo tipo de turismo que está empezando a preocupar y mucho a las autoridades canarias. Se trata del turismo sexual, aquel que se lleva a cabo con el principal fin de disfrutar de relaciones sexuales en un destino idílico.
España es, según los datos, uno de los países donde más prostitución se consume en todo el mundo. Muchos hombres pagan por tener sexo con profesionales del placer, y en la mayoría de casos lo ven como algo normalizado, una forma más de ocio. Sin embargo, el hecho de que cada vez sean más los hombres que lleguen buscando chicas dispuestas a complacerles en todo lo que pidan genera también otro tipo de problemas. Tenemos, por ejemplo, la trata de mujeres, uno de los males más perversos que se dan en aquellos focos de prostitución. Y es que muchas chicas pueden emplearse como amantes profesionales por su cuenta, por una decisión personal, pero la mayoría son forzadas a ello. Y los turistas sexuales buscan siempre “carne fresca”, chicas jóvenes y atractivas que hagan realidad sus fantasías más morbosas. Si un destino se esfuerza en ofrecerles ese tipo de amantes y además le ofrece buena gastronomía, un clima perfecto y mucho relax, es lógico que se convierta en uno de los favoritos para este tipo de turistas. Canarias ha entrado en la ruta del turismo sexual mundial, y esto es algo que hay que analizar detenidamente, para entender todas las consecuencias.
La capacidad de predecir el futuro, ya fuera en sueños o a través de métodos mágicos o sobrenaturales, ha sido uno de los deseos más recurrentes del ser humano, algo que se ha constatado ya en la literatura desde que esta comenzara. Y es que ya en las primeras historias que nos llegaban, relacionadas con el germen de las religiones o con las épicas aventuras de héroes y dioses, podemos encontrar muchas escenas en las que los personajes son capaces de conocer su futuro, como advertencia o como ayuda para conseguir lo que desean, en una ayuda que les permitirá llegar más lejos en sus hazañas. Los sueños premonitorios eran habituales en la literatura clásica, con los dioses mandando esos mensajes a los héroes y a los hombres, para ayudarles en sus aventuras, permitiéndoles conocer lo que iba a suceder en el futuro ya que en su mundo, el tiempo no era igual que en el nuestro, y esa ventaja era muy importante.
Son muchos los que han asegurado ser capaces de ver el futuro y saber lo que va a ocurrir, a corto, medio o largo plazo. Muchos los que han tomado ese camino de la adivinación, basándose en técnicas como el tarot o la lectura de manos, para sacar la información necesaria sobre lo que ocurrirá, aunque siempre de manera vaga y poco concreta. A pesar de los esfuerzos de la ciencia por demostrar que estas personas suelen ser farsantes que se aprovechan de la inocencia y la necesidad de la gente, los adivinos siguen convenciendo hoy en día a mucha gente de sus dotes, como ya lo hiciera hace siglos uno de los más famosos que haya existido jamás: Michel de Notredame. El popular Nostradamus trabajó como boticario antes de empezar a adivinar el futuro para clientes ricos, como Catalina de Medici, que lo protegían y le permitían llevar una vida lujosa y escribir libros como Las Profecías, convertido en uno de los tomos más misteriosos e inquietantes que pueden leerse hoy en día.
Hay quien ve el mundo de la prostitución como algo negativo. Sin embargo, en la capital de España hay cada vez más personas que a través de sus experiencias nos confirman todo lo positivo que han logrado sacar después de haber vivido en pareja un encuentro sexual con una chica de compañía. Muchas de estas historias nos narran lo bien que les ha ido tras contratar los servicios sexuales más deseados, por lo que te recomiendo este foro de putas para leer algunas de ellas.
Probablemente pensarás en hombres solteros o divorciados que encontraron el afecto que tanto anhelaban en las profesionales del sexo. No obstante, no son los únicos que han mejorado su forma de vida gracias a un encuentro íntimo con una escort. A diferencia de lo que puedas llegar a pensar, hay prostitutas madrileñas que han logrado mejorar incluso las relaciones de pareja en crisis.
El 2020 está siendo sin duda un año muy diferente y extraño para todos nosotros. Marcados por la pandemia del Covid 19, hemos tenido que acostumbrarnos a una nueva normalidad que, sin lugar a dudas, es peor que la normalidad anterior, porque todavía tenemos muchas restricciones encima con el objetivo de parar el virus. Las noticias que llegan en los últimos días sobre las vacunas son muy alentadoras, pero hasta que consigamos la inmunidad de la mayoría de la población, la situación va a cambiar más bien poco, porque ya hemos comprobado este verano que no podemos confiarnos en absoluto con un virus que siempre vuelve. Las restricciones actuales parecen dar resultado, pero se acerca un momento muy especial del año y seguramente la situación cambie y se relaje.
Las fiestas navideñas van a ser muy diferentes este año, y eso es algo que debemos tener en cuenta desde ya. Seguramente ya lo habrás imaginado, por como ha ido el resto del 2020 y por las restricciones que todavía sufrimos, pero ahora es cuando el Gobierno está empezando a mostrar cuál es su plan para estas navidades. Las fiestas familiares por antonomasia se acercan, y hay que tomar decisiones importantes, entre la responsabilidad y la empatía con los que llevan mucho tiempo sin reunirse en familia. Es por eso que el Gobierno ya ha presentado un borrador de su plan, que ahora negocia con las comunidades, para intentar que las Navidades sean lo más felices posibles dentro de esta situación, sin perder de vista las precauciones que debemos tomar para evitar que el virus vuelva a expandirse de nuevo.
Los gatos son animales tremendamente curiosos, porque pueden ser domesticados sin mucho problema y convertirse en la compañía perfecta. De hecho hay muchos que los prefieren sobre los perros. Tal vez por ser más libres e independientes, y no necesitar de tantos cuidados como los canes. Sin embargo, los gatos pueden suponer también un problema cuando no están domesticados, sino que se dedican a vagar libres por el medio natural o la ciudad. La abundancia de gatos callejeros o asilvestrados puede incluso poner en jaque a un ecosistema entero, como está sucediendo en algunas islas del archipiélago canario, donde diversas asociaciones científicas y ecológicas ya han dado la voz de alarma sobre el hecho de la abundancia de manadas de gatos dispersas sin control por todo el territorio, mermando de forma importante la población de otros animales.
El problema que suele haber con los gatos callejeros es que no están cuidados y son muy peligrosos para los humanos, ya que traen enfermedades y suciedad a las calles. Si bien es cierto que, en cierta medida, ayudan al control de otras plagas, como las de las ratas, el exceso de felinos silvestres en un lugar puede llegar a ser muy perjudicial para el medio. Evidentemente, no es culpa de los gatos, sino de los propios humanos que muchas veces tienen camadas grandes y, ante la imposibilidad de quedarse con todos, los dejan a su aire, convirtiéndose así en callejeros. En Tenerife, la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza lleva ya un tiempo advirtiendo del peligro que este exceso de felinos asilvestrados supone para el ecosistema de la ciudad y de muchos puntos de la isla, donde están acabando con especies endémicas muy importantes.
Si bien el archipiélago canario puede presumir de haber soportado mucho mejor la pandemia del Covid 19 que otros puntos del país, en parte gracias a su “aislamiento” y a la poca incidencia de casos en las islas, está claro que a nivel económico la situación no ha sido precisamente la misma. Canarias es una región que depende muchísimo del sector servicios, especialmente del turismo, que ha sido sin lugar a dudas uno de los grandes afectados por las restricciones provocadas por la pandemia en estos meses. Desde el momento en el que se confina a todo el país y se impide la entrada de personas desde el extranjero, o desde casi cualquier otro punto de la propia península, Canarias pierde muchísimo tanto directa como indirectamente.
El sector turístico es el encargado de tirar del carro de todo el sector terciario, porque muchos bares, restaurantes, tiendas y otro tipo de servicios dependen directamente de la llegada de turistas. Cuando se cierra el grifo, la economía se resiente de forma bastante grave. De hecho, en el segundo trimestre del año, el PIB de la comunidad bajó en más de un 33%, casi el doble que en el resto del país, y con una diferencia aun mayor con respecto al mismo periodo del año anterior, donde había crecido por encima del 2%. La situación económica en Canarias empieza a ser dramática, aunque en las últimas semanas al menos se han podido abrir un poco las restricciones y se está volviendo a dejar pasar a los turistas, siempre con una PCR negativa, para evitar que el virus se pueda colar en Canarias y tener que volver a cerrarlo todo.
El Covid 19 nos ha cambiado la vida por completo en menos de un año. Hace exactamente 365 días que se empezaba a hablar en China de un posible brote extraño en un nuevo virus. Algo a lo que ni siquiera se le prestó demasiada atención en nuestro país, tan sumidos como estábamos en nuestras propias luchas. El brote fue creciendo y a principios de enero, la situación en China ya era bastante preocupante. No tardaría en convertirse en pandemia, expandiéndose durante los meses siguientes a todo el planeta y provocando una crisis sanitaria como jamás habíamos conocido en este siglo. Los Gobiernos tuvieron que tomar medidas muy drásticas, como el confinamiento de la población, el cierre de negocios no fundamentales o el cierre de fronteras. La situación se ha ido relajando, pero la segunda ola nos ha devuelto toda la crudeza del Covid.
En nuestro país son ya más de 41.000 fallecidos oficiales con diagnóstico de coronavirus, una cifra que seguramente sea muchísimo mayor, ya que muchos de los fallecidos durante estos meses no han sido ni siquiera tratados ni estudiados por si tenían el virus. Los efectos en la salud física están siendo devastadores, especialmente en los llamados grupos de riesgo, personas mayores y con patologías previas. Sin embargo, el virus ataca cada vez más a los jóvenes, provocando que incluso chicos con buena salud, sin problemas anteriores, acaben siendo hospitalizados por culpa del Covid 19. Sin embargo, tal vez los efectos más duros de la pandemia los estemos sufriendo mentalmente, ya que esto sí que afecta a todos, de una manera más o menos intensa, eso sí, pero curiosamente pasan más desapercibidos. La ayuda psicológica es fundamental para salir de toda esta crisis, pero en muchos sitios no se cuenta con los suficientes facultativos para atender a la población.